El Decáfono: Jesse & Joy
Corred, corazones. Corred cuanto deseéis que SoundClash os alcanzará y os obligará a recrearos con 10 canciones del dúo fraternal mexicano más universal.
El quid de SoundClash, desde su origen más original, siempre fue equiparar lo hispano a lo anglosajón, decirle adiós a nuestros complejos de inferioridad culturales. Hoy, por primera vez, El Decáfono, esa fascinante sección en la que tratamos de desentrañar la trayectoria de algún artista bastante aleatorio, se decanta por cumplir nuestro cupo castellano-latino. ¿Cómo? Con el dúo de hermanos mexicanos más universal, de los que conozco exactamente una unidad de canción. Jamás lo hubiera pensado, pero aquí están: Jesse & Joy.
¿Quiénes son los Huerta, y qué hacen aquí? Como de costumbre, vamos por partes.
PRIMEROS PASOS: “Espacio sideral”
Jesse y Joy decidieron, ya que tenían que empezar en algún sitio, no hacerlo en la esquina de su casa, ni en su barrio, si no directamente cogiendo un ascensor a la estratosfera para poder bucear en el “Espacio sideral”. Os sorprenderá saber que la letra de la canción es una refutación parcial de la hipótesis de la radiación de Hawking, en particular de su afirmación de que surge exclusivamente del horizonte de eventos. Pero lo que os sorprenderá más aún es que os diga que obviamente no, que es una pastelada adolescente bastante irrisoria.
“Quisiera ser un superhéroe / y protegerte contra el mal”, canta Joy con una seriedad impropia de las palabras que está diciendo, y remata: “Regalarte la Vía Láctea / en un plato de cereal”. Porque como es láctea, pues leche. Con cereales.
Así y todo, it’s perfectly fine, un pop rock a medio tiempo que, al menos en este punto, que acabamos de empezar, me resulta entrañablemente comfy. La voz de Joy tiene suficiente garra, incluso aquí, como para amedrentar mi cinismo.
COVEREANDO: “Ironic”
“It’s like raaaaaaiiiiaaaaaaaaain”
Nuestra amiga Alanis Morissette fue bendecida en 2008 con una versión de su clásico más inmortal, ese “Ironic” que es, mayormente, poco irónico1. J&J no le dan demasiadas vueltas, con una interpretación acústica sin gluten perfectamente válida, cuya principal aportación es demostrar la perfecta pronunciación de la lengua de Shakespeare —cortesía de una madre norteamericana— de Joy y hacer que —pese a que la cantante ganaría los 12 puntos en Tu cara me suena si le tocara en la ruleta—, echemos un pelín de menos la estridencia de Morissette, sobre todo en un estribillo que se queda algo corto de intensidad.
Pero sólo un pelín: la idea de la cover puede dar algo de miedo, pero la ejecución es encomiable. ¿Seguirán este camino?
CINCO Y DOY UN BRINCO: “¡Corre!”
Aquí está el hit que conocemos, al menos en España, de la dupla: un empalagoso bizcocho sobre dos corazones sin freno ni marcha atrás. “¡Corre!” es una baladita que hemos oído tantas veces que podríamos pensar que es patrimonio de la humanidad, que no es de nadie, que poseerla es como querer poseer la brisa de verano, la sonrisa de los niños… Los repletos bolsillos de los hermanos Huerta disienten.
La decisión más chocante de un single que, la verdad, es bastante mejor de lo que recordaba2, es la de ponerle exclamaciones al “Corre”; no es que estuviera esperando a Leño, pero me siento algo engañado. Todo aquí son tímidos pianos, cuerdas que se hinchan y deshinchan, y un efecto Mandela enorme, porque yo pensaba que aquí Jesse tenía una presencia más que nominal —posiblemente me haya nublado la versión de los ínclitos Juan Antonio y Mireya en OT 20173, tan optimizada para Cadena Dial— pero este no es un dueto.
Así que pido por favor que abramos un Change.org para cambiar el nombre de la banda a Joy & Jesse, que si bien menos pegadizo, es bastante más representativo. J de Joy, J de justicia.
EL LADO OBSCURO: “Live Life”
¿Cómo podemos relegar a las profundidades del desconocimiento humano el tema principal de nada menos que una película de animación? Es bastante sencillo: mirad esto.
Si en algún momento he sido consciente de la existencia de El libro de la vida, con Channing Tatum en el papel de Joaquín, ha sido erradicada de mi memoria, quizá por algún golpe con el pico de una mesa. Tres años antes que Coco, esta historia sobre un torero que viaja al más allá durante el Día de Muertos recaudó casi cien millones de dólares y se granjeó una nominación al Globo de Oro a espaldas de la mayor parte de la humanidad, diría. Pero justo cuando empiezo a dudar de si estoy teniendo una alucinación, se presenta aquí “Live Life”, contra todo pronóstico.
Dice el primer comentario de YouTube del vídeo enlazado que, al menos en un caso, “Live Life” induce visiones de fuegos artificiales y meteoros y cosas resplandecientes si tienes sinestesia. No sabría decir —aunque seguramente la explosión de color del póster tiene algo que ver—, porque lo cierto es que he desconectado en cuanto han rimado “frequency” con “frequently”. Dos personas del mismo DF haciendo una canción sobre la festividad más culturalmente relevante de su país deberían sonar más mexicanos que los chilaquiles, pero esto es un refrito giga-pop con trompetas a deshoras. Mal sabor de boca4.
COVEREADOS: “Chocolate”, de Camilo y Evaluna
Camilo infunde en mí un rechazo descomunal, que quizá se remonte a mi infancia, cuando era prácticamente incapaz de mirar una foto de Salvador Dalí sin que se me pusieran los pelos de punta. Cierto es que el de Cadaqués, aparte de tener un bigote de lo más estrambótico, era también un falangista disimulado, pero es que Camilo es un moñas insufrible; a los primeros por lo menos los puedes evitar no sintonizando esRadio, pero al colombiano no se le esquiva tan fácilmente.
Aquí, él y su churri Evaluna nos dedican su vuelta de tuerca al “Chocolate” que originarían Jesse y Joy en 2009; en este caso, los tortolitos la produjeron en 2015, mucho antes de que sus “vidas de ricos” entraran en nuestras “vidas de pobres”. ¿Veredicto? Hiperglucemia inmediata mirándolos, amarraditos los dos en el sofá, queriéndose como la trucha al trucho y haciéndose carantoñas todo el rato. Camilo grita, al concluir, “¡esa es mi novia!”, poniendo en alerta todos los protocolos de emergencia anti-cringe que he construido meticulosamente durante años. Es todo extremadamente incómodo, una experiencia de sujetavelas premium que no le recomiendo a nadie.
BAÑO DE MASAS: “Dueles”
Y hablando de cosas que duelen, es “Dueles”, y no “¡Corre!”, la pista de Jesse & Joy que más veces se ha escuchado en Spotify. Hay una pista bastante sutil sobre cómo es su sonido en el delirante videoclip, more on that later.
Sí, no será un sombrerazo de cowboy real, igual que “Dueles” no es puro country de Alabama, pero es un intento sincero con la vertiente más metropolitana del género. ¿Pero sabéis lo que duele de verdad? Que es una canción extremadamente estupenda, y sin embargo su vídeo elige echar su calidad por tierra, prefiriendo ir más del palo de esos cortos lacrimógenos surcoreanos que salen de vez en cuando en el Facebook boomer5.
Tenemos a Jesse, sans chapeau… Un momento, ¿qué?
No, no empecemos con los vórtices.
¡BASTA!
El caso es que aquí Jesse y su pareja reciben la terrible noticia de que ella tiene un tumor cerebral que debe ser operado de urgencia; por desgracia han abandonado el Sistema Nacional de Salud de México y optado por el famosamente eficaz programa yanqui, así que la broma les costará 50,000 $… o 75,000, tampoco lo sabe muy bien el doctor, que no es su trabajo. El muchacho6 se ve obligado a pedirle un préstamo unos mafiosos de algún cártel innombrable que, muy prácticos, le sugieren que se busque otra novia que igual es más fácil. Y hasta aquí todo casi normal.
Pero en el giro Breaking Bad más súbito de la historia de lo audiovisual, Jesse se lo piensa como cinco segundos antes de enfundarse una máscara de Catrina, robarle a los gánsteres un maletín que tenían por ahí pululando y a cuya sustracción no oponen resistencia alguna7, y volver al hospital para depositar éste y cualquiera que fuera su contenido a los pies de la camilla de su querida; vale la pena apuntar que en ningún momento se nos indica que el maletín contenga dinero8.
Jesse, entre lágrimas, acepta su destino, lo que no evita que cuando siente una mano fría sobre su hombro en el momento de entrar al coche ponga una cara como de que se ha quedado fría la menestra.
Los malos saben perfectamente para qué quiere Jesse la plata porque él muy solícitamente se lo ha explicado, pero su afán de recuperarla es bastante limitado: en lugar de visitar todos los centros de salud de la comarca rollo familia Tattaglia para encontrarlo, deciden darle una paliza y un tiro en la nuca a Jesse. Tal vez no sea la mejor decisión financieramente, pero sí desde el punto de vista kármico. Sólo nos queda desear que el médico sea mejor en el campo de la neurocirugía que el de la estimación de costes, porque si no menudo negocio.
IN INGLIS: “Helpless”
Tenemos otra oportunidad de limpiar nuestro paladar de tanta tragedia de telefilme barato, que es escuchar la versión en inglés de “Dueles”, aka “Helpless”. Cosa que no sabía que era el caso al elegirla por vibes only, pero mira, me sale bien la jugada.
Parte de un LP completo que reimaginó sus mayores éxitos en su segunda lengua, incluidos “Run” o “Outer Space”, es cierto que “Helpless” es bastante más aséptica que “Dueles”. Pero una parte de mí que detesto y de la que me quiero librar no puede más que ver en ella cumplido el potencial completo del tema. No puedo controlarlo, pero la tomo más en serio si no está en castellano, seguramente porque mi cerebelo no me obliga a analizarla subconscientemente. Demandadme.
Excelente temón.
FUERA DEL TIESTO: “Mañana es too late” ft. J Balvin
Añadamos una tercera pata a nuestro taburete, la de un reggaetonero de pro como J Balvin que a priori sienta a los hermanos como a Buda una Smith & Wesson. Incapaces de decantarse por un único idioma, hacen que predomine el spanglish en un “Mañana es too late” que está más visto que el tebeo.
Joy empieza a adoptar un poco el acento español de Selena Gomez en Emilia Pérez aquí; le quedan dos veranos en Miami para ser ininteligible. Jesse, por su lado, es cada vez más Juan de Amaral. En ese contexto tan empantanado, J Balvin se las apaña para llevar la cosa a su terreno, pero tampoco demasiado, porque es todo tan insustancial que simplemente hay poca cosa que llevarse. A lo sumo desprende un vaguísimo tufillo a dancehall jamaicano, lo que es un sustrato insuficiente para un single sobre el que seguramente guardaban bastantes esperanzas, porque el fandom de Balvin no es moco de pavo, pero que se queda en pedo en jacuzzi como mucho.
…WHAT?: “Noah’s Intro” / “Hanna’s Song”/ “Abby’s Outro”
Pero no sólo de duetos con J Balvin vive el hombre, porque en el mismo álbum donde encontrábamos “Mañana es too late”, Aire (Versión Día)9, se hallan tres exiguas piezas que intuyo existen para aportar cierto atisbo de “conceptualidad” al proyecto. Veamos si nos podemos hacer una idea sólo de escucharlas.
Nada, imposible, así que he tirado de hemeroteca; por aclarar, Hanna, Abby y Noah son los nombres de las tres niñas que J&J habían traído el mundo para entonces, con lo que pronostico que Aire busca ser el típico disco happyflower esperanzador que comprensiblemente ambos querían realizar, sin nada de cánceres ni tratos con criminales por esta vez.
En su lugar tenemos a dos rebanadas de sándwich, la intro y la outro, que consisten en apenas unos instantes de cánticos en algún idioma africano sin determinar; media hora de ver “making ofs” sólo me ha servido para dejar totalmente claro que el rollito Disney era totalmente buscado, así que supongo que esta es su manera de pretender sonar al Rey León. Los latidos de Noah hacen un cameo en su parte, la voz de Abby nos da las buenas noches en la suya, y Hanna es, presumo, directamente quien canta su song10 con la heredada musicalidad que cabría esperar en esa familia.
Eso sí, nada de favoritismos: ninguno de los cortes llega al minuto. Sin embargo, y habiendo escuchado Aire muy en diagonal, parecen ser de lo más interesante de lo que parece un disco bastante tibio.
AHORA QUÉ: “Accidente” ft. Elsa y Elmar
¿Qué ocupa a Jesse & Joy ahora, en 2025? Más featurings, esta vez con Elsa y Elmar.
Sé lo que estáis pensando, aparte de “¿de qué va disfrazado Jesse exactamente?”. Y es que o falta Elsa o falta Elmar. ¡Pero no!
Porque no es que Jesse y Joy hayan buscado otro par de hermanos para arrejuntarse y sacar un release: Elsa y Elmar es una chiquilla nada más, y es que lo de “Elmar” en teoría busca referirse a toda la tribu que la rodea, entre familia, amistades y fanses, como si fueran la E Street Band de Springsteen. Muy bonito todo.
Esa foto promocional de “Accidente” vuelve a ser bastante misleading, porque el trío no viene a dropear el single más caliente del año, sino a regresar un poco a los orígenes de pop ñoño-íntimo de estos dos veteranos que ya llevan más de veinte primaveras correteando por aquí y por allá. Su reconfortante calidez, santo y seña de lo mejor de J&J, ayuda a paliar cualquier acusación de haberse acomodado. Es una tacita bien humeante de té: sí, es un poco insípida, pero a regañadientes aceptas que te está haciendo sentir mejor de lo estabas antes de tomártela. Y hoy día ese es un arte que se va perdiendo.
Así que no cambiéis nunca. No mucho por lo menos.
El fragor de la batalla sobre si “Ironic” es o no irónica continúa, con gente muy a la defensiva al respecto y otra que no deja de criticar sus inconsistencias lingüísticas. No ayuda que ahora Alanis se marque un Tommy Wiseau y trate de colar que la ironía de “Ironic” es que no es irónica a propósito. Pero bueno.
Sólo el hecho de que dure casi cinco minutos es terriblemente atrevido, e incluso tiene la desfachatez de tener treinta segundos íntegramente instrumentales seguidos. Imagina eso en la generación TikTok.
Mención aparte merece el falsete de Juan Antonio: nunca te esperas ese finísimo hilillo de voz, da igual las veces que lo escuches.
Aunque YouTube ha decidido recomendarme inmediatamente el “Shine On Me” de Chris Dane Owens, o sea que ya. Problema resuelto. Hipertemazo, cero ironías, ni de las de Alanis ni de las de ningún otro tipo.
Que no es Jesse interpretando a un personaje, si no el propio Jesse haciendo de una versión de sí mismo, o al menos eso nos dicen los subtítulos. Vamos, como Larry David, o Errejón.
Se intuye que los amenaza con una pistola, quizás, pero no se muestra en cámara; sea como fuera, el standoff no parecía que fuera a acabar bien para Jesse porque eran 4 contra 1.
Que lo contiene, pero Jesse no tiene por qué saberlo.
Y hasta donde yo sé no hay Versión Noche.
Si mi cotilleo no me falla, Jesse tuvo a Hanna a los 21 años, por lo que para cuando salió Aire la muchacha ya tenía edad de sacarse el carné, y por supuesto cantar en el álbum de su padre si se lo pedía con ojos de corderito.